Floridentes

Sunday, November 19, 2006

Muerte por amor

Estoy muy asustada. Iré directa al terrible tema, todavía me quedan quinientas páginas del querido T. Shandy y ello me obliga a ser rápida, para evitar, en primer lugar, posibles acusaciones de contagio literario, a las que me vería expuesta si, en lugar de referir el hecho de forma fría y cuasiperiodística, comenzara alguna digresión interminable (y además, sobre un tema SERIO, lo que me incapacita como discípula per se), y en segundo lugar para poder dormir algo esta noche. Acabo de volver de una tertulia casera en la que una persona fiable nos ha relatado un suceso terrible. Tiene que ver con la MUERTE. Primer motivo de inquietud. Voy a ello: a alguien le había dicho alguien que un joven del barrio, muy querido, respetado y alegre, ha muerto hace unos días por AMOR. Infarto provocado por amor desdichado como causa última. Tras la noticia, todos nuestros duendecillos posmodernos han comenzado a agitarse y a ponerse tensos, portavoz incluido. ¿Por AMOR? - eso no es suficiente para provocar un infarto- el cuerpo humano tiene mucho aguante - la cantidad de personas que lo pasan mal en el mundo - ¡los judíos que sobrevivieron al holocausto! - ¡los torturados en Guantánamo! - el hombre no sabe cuánto dolor puede aguantar- Lo más probable es que se haya suicidado y que su familia lo encubra - o que ya estuviese enfermo . Pero, ¿y si es cierto? Comencé a agobiarme. Si ya es bastante duro tener que preocuparse por la cantidad de enfermedades terminales que pululan en torno nuestro sin que podamos combatirlas debidamente... además, la posibilidad de que un corazón, un sanísimo corazón, pueda hacer clic! como el de un sr. romántico. Encima, ser tú (que has tenido la desgracia de que tu mujer te dejase y de que coincida exactamente con un repentino e insospechado ataque al corazón anormal en un hombre tan joven y de que encima te mueras por ese ataque), ser tú el motivo de los cientos de suspiros enternecidos a los que dará lugar tu muerte en los patios de vecinas -pobre hombre- ay- su alma sensible no pudo resistir el abandono-, o estar expuesto ya para toda la eternidad a frases lapidarias en la losa de tu tumba- se le partió el corazón- aquí yace el corazón destrozado de un gran hombre, en resumen, quedar, además de muerto, como un perfecto imbécil. Me parece demasiado duro. Y es que yo no niego que eso HAYA podido suceder. En otra época. Y también me parece magnífico que a alguien le ocurra METAFÓRICAMENTE. Pero no Hoy, no en en Imperio de la Ciencia, en la edad del Progreso, en la era de... CSI... (añadan lo que se les ocurra, todo vale) ¡Pero si ni siquiera es verosímil! Por ejemplo: a ningún escritor temeroso de Dios, se le ocurriría utilizarlo como final para un libro (y como sabemos, esa es la medida de todas las cosas) No sé, tengo miedo, maldito joven... ¿volverá a ponerlo de moda? Aquí lo dejo para que ustedes se estremezcan, o encuentren la justificación que más les plazca. Me vuelvo con Sterne, al que me temo que no he abandonado en todo este tiempo.

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