Floridentes

Wednesday, September 27, 2006

Los ángeles cabalgan a lomos de una tortuga...

Los ángeles cabalgan a lomos de una tortuga
y el destino de los hombres es arrojar piedras a la rosa
Mañana morirá otro loco:
de la sangre de sus ojos nadie sino la tumba
sabrá mañana nada.

Leopoldo María Panero (Poemas del manicomio de Mondragón)

Sunday, September 24, 2006

Manifiesto

¿Posible?

Entre la famosa estrofa del loco que dice:

Jesucristo del valle
polainas verdes
¿Por qué no bajan patos
A tus lagunas?
Y la estrofa de Nuñez de Arce:
¡Cuantas veces sentado en tu ribera
Oh mar como si oyera
La abrumadora voz del infinito
Honda melancolía
Tu atronador, tu interminable grito!
Yo prefiero mil veces la estrofa del loco. Esto no lo comprenderán las gentes y sería largo explicarselos, pero los poetas me comprenden.
Hay una razón de interés biológico que exige que todo nos deje algo, nos produzca algo, sea en la piel o en lo más profundo del pecho.
La estrofa del loco me produce un efecto, me varía; mientras la segunda me deja absolutamente igual, no me da ni frío ni calor. La una cuenta, aun cuando sea como pura reacción.
La primera existe por los choques queda, la segunda no produce ni el menor choque, ni siquiera logra rozarnos, es inexistente.
La poesía es una descarga eléctrica, el choque lírico de las dos corrientes en el frote de las imágenes y las frases enrojecidas.
Un poema es un conjunto de palabras electrizadas, y el poeta es el hombre capaz de conferir a las palabras la vibración necesaria para que no sean charla, sino poema. El poeta es el iniciado que conoce el conjuro misterioso que las hace volar y agruparse en torno de él, como si hubiera un imán de mariposas. El poeta es el que humaniza este juego del azar de las palabras, el que lo guia y le da algo así como un destino. El poema tendrá unidad perfecta mientras ninguna palabra se desmande y todas sigan el cayado del guía como el rebaño que asciende la colina."
Vicente Huidobro.

El libro de los amores ridículos

"- Probablemente hubiera sido mejor. El exceso de fe es el peor aliado - aquella idea me entusiasmó; empecé a divagar-: Cuando crees en algo al pie de la letra terminas por exagerar las cosas ad absurdum. El verdadero partidario de determinada política nunca se toma en serio sus sofismas, sino tan sólo los objetivos prácticos que se ocultan tras estos sofismas. Las frases políticas y los sofismas no están, naturalmente, para que la gente se los crea; su función es más bien la de servir de disculpa compartida, establecida de común acuerdo; los ingenuos que se los toman en serio terminan antes o después por descubrir las contradicciones que encierran, se rebelan y al final acaban vergonzosamente como herejes y traidores. No , el exceso de fe nunca trae nada bueno y no solo a los sistemas políticos o religiosos; ni siquiera a un sistema como el que nosotros queríamos emplear para conquistar a la chiquilla." (Milan Kundera)

Saturday, September 16, 2006

Y si una a otra

Y si una a otra
se suceden y caen
las moscas

Vuelven a sus nidos
De araña
Las muertes

Caminan en líneas
De aguja
Y cuchillo

En el Surco
Enredado Vagones de surcos
Sobre gotas de rocío

Desfilando
Los hilos

Existen cientos de islas blancas de ser

Tablero mítico
En nudo de telas
Invade La brisa

Un ángel desciende
En vertical la gracia

Cruzo las curvas
Invisibles
Del ser

Isabel González

Cadaver exquisito nº 2

Los rinocerontes:

Los rinocerontes habían abandonado el parque. La luna no los había visto, pero Eliana lo sabía. Y no entendía por qué no debía decirlo, pero no debía. Lo sabía. Los rinocerontes no eran suyos pero sí su huida, ¡Central Park sin rinocerontes! Y Eliana, Elisewin, Elis, Eli, paseando, ahora sí, definitivamente conocedora de su soledad definitiva. Muchos nombres que, al regresar a su jaula, esperaban quietos a que la luna abandonara el parque. Ella lo sabía. Lo entendía. No debía decirlo.

por Eliana, Alvarito y Alise

03- 8- 06

Cadaver exquisito nº 1

KOALA

por Elisewin, Alvarito y Alise

03- 8- 2006

Tuesday, September 12, 2006

Franz Kafka. Carta a Milena.

Hace mucho tiempo que no le escribo, señora Milena, y también hoy le escribo por una casualidad. En realidad no tengo que disculparme de mi silencio, usted ya sabe cómo odio las cartas. Toda la desdicha de mi vida -no quiero con esto quejarme, sino hacer una observación de interés general- proviene por así decir de las cartas o de la posibilidad de escribirlas. Las personas casi nunca me han traicionado, pero las cartas siempre; y en verdad no las ajenas, sino justamente las mías. En mi caso es una desgracia muy especial, de la que no quiero seguir hablando, pero al mismo tiempo es también una desgracia general. La sencilla posibilidad de escribir cartas debe de haber provocado -desde un punto de vista meramente teórico- una terrible desintegración de almas en el mundo. Es en efecto una conversación con fantasmas (y para peor no sólo con el fantasma del destinatario, sino también con el del remitente) que se desarrolla entre líneas en la carta que uno escribe, o aun en una serie de cartas, donde cada una corrobora la otra y puede parecerse a ella como testigo. ¿De dónde habrá surgido la idea de que las personas podían comunicarse mediante cartas? Se puede pensar en una persona distante, se puede aferrar a una persona cercana, todo lo demás queda más allá de las fuerzas humanas. Escribir cartas, sin embargo, significa desnudarse ante los fantasmas, que lo esperan ávidamente. Los besos por escrito no llegan a su destino, se los beben por el camino los fantasmas. Con este abundante alimento se multiplican, en efecto, enormemente. La humanidad lo percibe y lucha por evitarlo; y para eliminar en lo posible lo fantasmal entre las personas y lograr una comunicación natural, que es la paz de las almas, ha inventado el ferrocarril, el automóvil, el aeroplano, pero ya no sirven, son evidentemente descubrimientos hechos en el momento del desastre. El bando opuesto es tanto más calmo y poderoso, después que el correo inventó el telégrafo, el teléfono, la telegrafía sin hilos. Los fantasmas no se morirán de hambre, y nosotros en cambio pereceremos. [Traducción de J. R. Wilcock]

Fragmentos de Baricco

Enviado por: Elisewin (pura potencialidad de ser)

Imagínate: un piano. Las teclas empiezan. Las teclas acaban. Tú sabes que hay ochenta y ocho, sobre eso nadie puede engañarte. No son infinitas. Tú eres infinito, y con esas teclas es infinita la música que puedes crear. Ellas son ochenta y ocho. Tú eres infinito. Eso a mí me gusta. Es fácil vivir con eso. Pero si tú/
Pero si yo subo a esa escalerilla, y frente a mí/
Pero si yo subo a esa escalerilla, y frente a mí se extiende un teclado con millones de teclas, millones y trillones/
Millones y trillones de teclas, que nunca se terminana y ésa es la verdad, que nunca se terminan y que ese teclado es infinito/
Si ese teclado es infinito, entonces/
En ese teclado no hay una música que puedas tocar: Te has sentado en un taburete equivocado: ése el el piano en el que toca Dios/
¡Por los clavos de Cristo!, pero ¿tú viste aquellas calles?/
Contando sólo las calles, las había a millares, ¿cómo os las arregláis para escoger una?/
Para escoger una mujer/
Una casa, una tierra que sea la vuestra, un paisaje para mirar, una forma de morir/
Todo ese mundo/
Ese mundo encima que ni siquiera sabes dónde acaba/
Y cuánto hay/
¿No tenéis miedo de acabar destrozados sólo con pensar en esa enormidad, sólo con pensar en ella? Y para vivirla…/

Novecento.

Sunday, September 10, 2006

632 -Emily Dickinson-

El cerebro - es más ancho que el Cielo -
Porque - ponlos juntos -
Y el uno al otro contendrá
Con facilidad - y a Ti - también -

El Cerebro es más profundo que el mar -
Porque - sosténlos - Azul contra Azul -
Y el uno al otro absorberá -
Como hacen las Esponjas - a los Baldes -

El Cerebro es exactamente el peso de Dios -
Porque - Sopésalos - Libra por Libra -
Y diferirán - si es que lo hacen -
Como la Sílaba del Sonido -

(The Brain - is wider than the Sky-
For -put them side by side-
The one the other will contain
With ease -and You- beside-

The Brain is deeper than the sea-
For -hold them- Blue to Blue-
The one the other will absorb-
As Sponges -Buckets- do-

The Brain is just the weight of God -
For - Heft them - Pound for Pound -
And they will differ -if they do-
As Syllable from Sound -)

Wednesday, September 06, 2006

El Capitán Alatriste

Se agradece poder leer reseñas sinceras.


Ala, triste.

Por Jesús Urceloy

Ayer me fui a ver la más triste de las películas españolas, Alatriste. Y todavía no sé por qué la llamo película. En el fondo son cachitos de un puzzle pegados unos a otros con esparadrapo marrón y cuartelero y remachados a martillo cuando el esparadrapo se acaba. Me hubiera gustado que la hubiera rodado Almodóvar. Al menos le hubiera puesto boleros desgarraos de fondo y música ye-ye, que eso anima mucho.
Un buen guión con malos actores puede salvar una película. Un mal guión con actores buenos, también. Aquí no hay guión. No se le ve por parte alguna. Y eso que al principio engaña, y mucho. Pero en cuanto ves al Noriega metidito en el river sin enseñar culo sospechas, y al escuchar al Viggo su rancio castellano te dan ganas de avisar más que a un logopeda, al otorrino. ¿Dónde estaba Constantino Romero? Doblando los cañonazos. ¡Boum!, ¡Pataboum!
¿Recordais aquella memez altisonante de un tal Saura intitulada El Dorado? Pues date de lo mismo con este patético Adobetriste. Con aquella película que si la más cara, que si los mejores actores, que mucha expectación, que mucha hostia y al final un bodrio inaguantable de dos horas. Este Bodriotriste de ahora es peor, porque dura más. Yo ni siquiera salvo a un solo actor, sencillamente porque, dentro de una analítica textual, hasta el señor Echanove sobra. ¿No saben lo que es una elipsis textual? Pues hacer que un personaje diga lo que otro hace. Sencillo. Y nos ahorramos unos metros de superocho, que al precio que está el bacalao... Pero eso aquí no se estila, que la retórica es pa burros.
Por otra parte las actrices son malas de órdago, no vocalizan bien, no vocalizan mal, no vocalizan. Bueno, a lo mejor sí, pero en la intimidad. Ariadna recita como un besugo y a la Anaya se le escucha la salivilla cada vez que abre la boca. ¡De verguenza! Y cuando follan lo hacen a saltitos triperos, como si la pareja se estuviera matando las chinches al calor del ombligo. ¡Qué dolor sólo pensarlo, Fabio! ¡Que dolor de orejas, compañero! ¿Si Yanes estuviera liado con la Mula Francis sería la mula protagonista? ¿Y os habéis fijado en el teatro? Si sólo le faltaba un ambigú.
Habría que hacerle una buena cura de endogamia al cine español. ¡Con tantos y tan buenos actores y actrices en paro! De vestuario, fotografía y escenario, ya digo, casi nada que objetar. Pero eso no es cine. Documental a lo sumo. Y lo de la música, ya esta dicho; que un músico sepa música parece que basta en el cine español. Después del pasodoble semanasantero en una de las peores recreaciones batalleriles de la historia, en un Rocroi de chichinabo manchego, que se parece menos al boscoso original que un galápago a una bocina, yo me esperaba hasta una versión AC/DC de La Guerra, de Mateo Flecha y en los títulos de crédito una cancioncilla ripiosa de Chenoa. O de mi amado El Fari. Mejoraría.
Y que aún haya gente que dice que le guste... Qué poca cultura hay en este país, qué poca exigencia. Estamos igual que entonces, sólo que nos creemos más guapos.

Friday, September 01, 2006

Tabla de aire

Consideremos que la imaginación fuera una invención
como lo es, que esta gran casa de aire
llamada Tierra fuera una invención, que este espejo quebradizo
y salobre ideado a nuestra imagen y semejanza llegara
más lejos y fuera la
invención de la invención, que mi madre
muerta y sagrada fuera una invención rodeada de lirios,
que cuanta agua
anda en los océanos y discurre
secreta desde la honda
y bellísima materia vertiente fuera una invención,
que la respiración más que soga y asfixia fuera
una invención, que el cine y todas las estrellas, que la música,
que el coraje y el martirio, que la Revolución
fuera una invención, que esta misma
tabla de aire en la que escribo no fuera sino invención
y escribiera sola estas palabras.

Gonzalo Rojas.